Muchos padres se niegan a la posibilidad de operar a sus hijos de las anginas y/o adenoides. No sólo por la protección de los padres, que no quieren que les pase nada a sus hijos, pero muchas veces es por los mitos que hay acerca de esta cirugía.
Lo primero que hay que saber es que NO todos los niños son candidatos a la cirugía de anginas.
El Otorrinolaringólogo es quien debe definir si tu hijo es candidato o no a esta cirugía, y en muchos casos será el pediatra quien te envíe con el Otorrino, ya que es evidente la necesidad de ser valorado para una cirugía de anginas.
La anginas o amígdalas y adenoides son tejido linfoide, o sea que se encarga de la protección del cuerpo contra infecciones.
La respuesta es NO, todos tenemos tejido linfoide en muchos lugares como: ganglios, anginas, adenoides, bazo etc., así que nuestro cuerpo puede seguir defendiéndose perfectamente bien sin las anginas o las adenoides.
Pero conozco gente que les habían dicho que se tenía que operar y nunca lo hicieron. Entonces… ¿Si me espero lo suficiente mi hijo se salvará de pasar por un quirófano?
Cuando el problema es obstructivo, niños con voz nasal (gangoso), ronquidos, o problemas para respirar, eventualmente al llegar a la adolescencia, van a involucionar las adenoides (o sea van a desaparecer) y su vía aérea crecerá, y habrá más espacio para el paso de aire a pesar de contar con anginas grandes.
Pero vas a dejar a tu hijo con una mala calidad de vida hasta su adolescencia, padeciendo infecciones frecuentes, mal dormir, ronquidos, respiración oral, mal comer, bajo rendimiento escolar, e incluso problemas de audición.
Si crees que tu hijo tiene alguno de estos problemas o ya te han dicho que deberías operarlo de las anginas o las adenoides, acude con tu Otorrinolaringólogo a que lo valoren.